Tras el parón en el sector que supuso la pandemia del COVID-19 y el apogeo de los modelos productivos basados en el teletrabajo, que parece haber «pinchado», nuevas amenazas se ciernen sobre la recuperación del mercado de alquiler de oficinas a nivel global y nacional.

La guerra de Ucrania no ha tenido un impacto directo en nuestro mercado inmobiliario, pero sí sus consecuencias. El aumento de los costes energéticos derivado de las sanciones impuestas a Moscú se ha traducido en una inflación desbocada que, tras trasladarse a la logística, afecta ya a todos los sectores. Para atajar esta subida de precios, los gobiernos centrales han recurrido a elevar los tipos de interés, estrangulando el crédito a particulares y empresas.

Sin embargo, pese a esta incertidumbre económica, el mercado de alquiler de oficinas parece mantenerse en buena forma, aunque mostrando algunos signos de desaceleración. CBRE cifra el descenso de la inversión en este sector durante el primer trimestre de 2023 en tan solo un 4% respecto al mismo periodo del año anterior.

Las oficinas que gozan de mejor salud son aquellas con espacios de más calidad frente a la cantidad, en edificios sostenibles y en mejores ubicaciones. El confort de los empleados, los espacios colaborativos, la tecnología y la sostenibilidad han pasado a ser factores fundamentales para las empresas a la hora de ubicar sus oficinas.

Respecto a la evolución del mercado en los próximos meses, se espera que la subida de los tipos de interés condicione grandes operaciones con una mayor necesidad de financiación, mientras que otros perfiles con menos necesidad de acceso al crédito mantendrán su actividad.