Independientemente de la coalición de partidos que acabe constituyendo una alternativa de gobierno viable tras las recientes elecciones generales, el problema de acceso a la vivienda, que ha protagonizado gran parte de la campaña, va a ser uno de los principales retos del próximo ejecutivo.

Desde que hace exactamente un año el BCE rompiera una racha de más de 6 años con los tipos de interés al 0%, elevando en medio punto el precio del dinero en la Zona Euro, estos no han parado de subir. La última escalada, de hoy, 27 de julio, ha puesto los tipos al 4,25%, a niveles no vistos desde hace 15 años, y todo apunta a que no será la última porque no se vislumbra una caída notable de la inflación subyacente.

Esta medida, que pretende restringir el acceso al crédito para reducir el consumo y, de este modo, moderar la inflación, está afectando especialmente al mercado de la vivienda. La firma de nuevas hipotecas se desploma, mientras vemos crecer en paralelo el aumento de la morosidad en las ya firmadas. Según los últimos registros publicados por el INE, de mayo de 2023, la caída interanual del número de hipotecas constituidas sobre viviendas ha sido del 24%, que, junto a las del 2%, 15,7% y 18,3% de los meses de febrero, marzo y abril de 2023, respectivamente, concatenan 4 descensos consecutivos.

Con este panorama, lo lógico sería pensar en el mercado de alquiler de viviendas como alternativa, pero, según informes de Fotocasa, el sector se encuentra en una situación muy complicada, con precios máximos históricos como consecuencia de una notable contracción de la oferta de viviendas en alquiler, de en torno al 30 y el 35%. Las causas hay que buscarlas en una sobreregulación del mercado, el temor al creciente problema de la ocupación por parte de los propietarios y la alta rentabilidad de los apartamentos destinados a uso turístico.

El nuevo gobierno tendrá que enfrentarse a este problema proponiendo soluciones, que podrían pasar por la recuperación de la construcción de vivienda protegida, el aval a colectivos especialmente vulnerables para poder acceder al crédito o la liberalización del mercado y la regulación de un proceso exprés para el desalojo de viviendas ocupadas, con el fin de aumentar el parque de viviendas en alquiler. Pero también podría adoptar otras medidas menos populares, como la limitación en la concesión de licencias turísticas o la penalización impositiva a propietarios con inmuebles vacíos.